Lina María Lasso, tiene 41 años. Cuando tenía 28 años decidió irse para España con su esposo y sus dos hijas, una de 8 meses, la otra de 4 años, a raíz de que sus padres y 3 hermanos se fueron adelante y les iba muy bien.
Desde su llegada a España trabajó en supermercados o en discotecas. Los últimos 4 años se desempeñó como cajera en la tienda de una estación de servicio Redsol en Torrejón de Ardoz, un sector de la comunidad de Madrid, donde devengaba un sueldo y comisiones por venta. ‘Como ya la crisis se vino, la gente dejaba de comprar en la tienda, sólo dependíamos de un salario mínimo y nos veíamos ‘a gatas’ para llegar al fin de mes, fue muy duro’.
Su voz se nota angustiada cuando refiere el porqué decidió retornar a Colombia: ‘Mi esposo es contador público y allí llevaba varias asesorías, de locutorios y tiendas latinas, y mucha gente fue cerrando y al final él se quedó sin trabajo, y ya desesperado porque yo sola no podía con la obligación tuvimos que regresarnos’. Esto ocurrió en agosto del año 2011 después de permanecer 12 años en los que hubo muchas alegrías, sus hijas crecieron, recibieron educación, apoyo deportivo y obtuvieron nacionalidad española.
Pero, lastimosamente, refiere Lina María ‘por mi color de piel, un poco morena, fui víctima de discriminación porque los españoles me recriminaban por cualquier cosa y me decían: Emigrante de m… vete a tu país, ve a robar a tu país; me angustiaba mucho, lloré mucho, me insultaban y me sentía muy mal y le hacen sentir a uno que le está quitando el trabajo a ellos’.
Recuerda también que sufrió dermatitis atópica y alergia al polen, ‘enfermedades que nos dan por el clima’ y cuyo tratamiento es delicado y con muchos medicamentos. Lo que le atemoriza actualmente es que debe regresar en menos de tres meses a España a prestar juramento para adquirir el pasaporte español y el no tener el pasaje aéreo, ida y regreso, que cuesta cerca de 3 millones de pesos se lo impide.
Actualmente vive en el barrio El Poblado en Pereira, vende mercancía por catálogo, su esposo sigue con asesorías como Contador y ella ha asistido a los talleres de orientación ocupacional que ofrece el SENA el último miércoles de cada mes. Lina María ya hizo un curso de Emprendimiento y va a empezar el programa de Confección, ‘a ver si se puede formar microempresa y sentirme útil’.
No hay comentarios:
Publicar un comentario