El proyecto fue denominado por los mismos aprendices UNA SONRISA, UNA ILUSIÓN, y el objetivo era compartir con los niños hijos de madres o padres que se encuentran privados de la libertad y realizar adecuaciones locativas del lugar.
La actividad se ejecutó de 7 a.m. a 2 p.m. con un desayuno y reseña de la fundación, complementadas el resto del día con la jornada de recreación y restauración. En el cierre se entregaron las donaciones en especie de productos que los aprendices recolectaron en sus hogares o con otros aprendices del SENA, ya que se sabe que esta fundación no recibe ninguna bonificación económica del Estado y se sostiene por personas de buen corazón que realizan donaciones.
Los aprendices reflexionaron con respecto a la experiencia vivida y expresaron que lo interesante seria que todas las personas tomaran conciencia y apoyaran a las fundaciones que no reciben ayuda del Estado. En síntesis, fue una labor que llena de amor a todos los participantes, gracias al impulso dado por la líder de la ficha Bibiana Zuluaga con el apoyo de Lina Zapata, trabajadora social de la Oficina de Bienestar a Aprendices en el área de Responsabilidad Social.
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